Inició su vida laboral a los doce años, vendiendo naranjas al menudeo en un mercado municipal en El Salvador. Emigró a Estados Unidos, superó la barrera del idioma, el hecho de ser madre soltera, su falta de estudios y de confianza en ella misma. Se ha convertido en un elemento valioso de la comunidad Latina del Noroeste de Arkansas, trabajando incansablemente para lograr interconexiones entre emprendedores y actores de la comunidad. Acompáñenos a conocer a Irma Chávez.
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